Aunque de carácter reservado, Pablo Picasso era una persona a la que le gustaba conversar y reír con sus amigos, disfrutaba con un buen vino, una buena película y le apasionaba la fotografía. Es esto último el motivo de la última exposición del artista, una recopilación de sus fotografías.
El nieto del artista, Bernard Ruiz-Picasso, cofundador del Museo Picasso de Málaga, tiene en su haber parte de los álbumes de la colección privada de su abuelo. Este material ha sido entregado al historiador de arte John Richardson, un inglés que fue amigo del artista y que está considerado como la mayor autoridad en lo que a la vida y obra de Picasso se refiere.
Una pequeña parte de este material puede verse en ‘Picasso & the Camera’, una exposición que estará hasta el 3 de enero en la galería Gagosian de Nueva York. Sin embargo, según reconoce Richardson, la galería estará integrada por cientos y cientos de imágenes, algunas de las cuales fueron tomadas por Picasso y otras por terceras personas.
Esta exposición explora el universo Picasso a través de su archivo de fotografías. El artista utilizó la fotografía no solo como fuente de inspiración, sino también como parte integral de su método de estudio.
El pintor aprendió la técnica de la fotografía a través de sus muchos amigos fotógrafos. Además, era un verdadero fan de su cámara Leica, modelo M3D, la cual fue subastada en el año 2012 por alrededor de 1,7 millones de euros.
La exposición también incluye dibujos, esculturas, pinturas y grabados, todos ellos relacionados con las fotografías, algo que el artista utilizaba como boceto para sus futuras obras. Picasso utilizó la cámara para probar nuevas ideas y para dar forma a su imagen como artista.