Después de 10 jornadas de Liga, el Real Madrid figura en tercera posición, por detrás del Barcelona y del Valencia. Huelga decir que esto no cumple con las expectativas de sus seguidores y que son muchos los que, después de la derrota con el Levante y de esta ante el Girona, hablan ya de una crisis madridista.
Lo cierto es que el último partido ante el Girona, con la consiguiente derrota blanca (2-1), ha supuesto el fin de una larga racha histórica e imbatida de partidos a domicilio. Hasta un total de 13 encuentros seguidos fuera de casa resultados con el marcador a su favor ha logrado el Real Madrid.
¿Pero cuáles son las claves de esta crisis de juego del Real Madrid?
En primer lugar, un aspecto que critican los analistas es el hecho de que la delantera no acaba de coger el punto de juego que sería deseable. Cristiano apenas ha marcado un solitario gol en las 10 jornadas de Liga que llevamos. En este encuentro se mostró muy apagado. Tampoco estuvo mucho más efectivo Benzema.
En realidad no supieron crear ocasiones de peligro ante un equipo recién ascendido a primera división.
El centrocampista Isco fue el único jugador que trató de verdad de salvar la situación, brillando con luz propia hasta el punto que alguna prensa especializada ha titulado recientemente “Isco y nadie más” para referirse al papel del Real Madrid en este nuevo partido de Liga celebrado en el Estadi Municipal de Montilivi.
Tampoco los laterales del Real Madrid han recibido mejores críticas después de su bajo rendimiento ante el Girona. En comparación con la pasada temporada, es evidente que algo falla. Ni Achraf ni Marcelo, que no parece demasiado recuperado de su última lesión, fueron capaces de organizar una buena ofensiva.
Hablando de lesiones, este es uno de los mayores problemas que se plantean en el equipo de Zidane. La temporada no ha hecho más que echar a andar y los lesionados ya son unos cuantos: Keylor, Carvajal, Bale y Kovacic, todos ellos piezas clave del equipo. Por si fuera poco, en Girona Rafa Varane se retiró con problemas en el abductor derecho.
Se habla mucho estos días también de la fragilidad defensiva del Real Madrid, lo cierto es que el marcador podía haber sido más abultado en su contra, ya que el Girona lanzó un par de disparos al palo.
Tampoco funcionaron los revulsivos que salieron desde el banquillo. Asensio y Lucas González no supieron dar un aire nuevo al partido.