¿Sabes cómo clasificar los aranceles de mercancía en la UE? Si no es así, no te preocupes porque te lo vamos a explicar en este post sobre comercio internacional.
El código arancelario o partida arancelaria de la mercancía que vamos a comprar o vender, procedente o destinado al exterior, más allá del territorio en el que nosotros nos encontremos, es el primer dato que necesitaremos tener en cuenta.
Este código o partida arancelaria es lo que determinará el arancel que pagaremos al importar dicha mercancía o la que deberá pagar nuestro cliente al que le exportemos el producto. Este código también determina el régimen comercial aplicable. Este régimen será el que diga si es necesario algún tipo de licencia o si existen medidas restrictivas que afecten directamente al tipo de mercancía que estamos tratando.
Si estamos importando o exportando productos dentro de la Unión Europea también es necesario conocer este código arancelario, ya que deberemos declarar el tipo de mercancía que estamos importando o exportando a otro estado miembro de la UE. Las entidades financieras también nos exigirán dicho código para poder informar adecuadamente sobre la transacción económica.
La clasificación arancelaria que se utiliza a nivel internacional está estandarizada bajo el formato de seis dígitos numéricos y se conoce como sistema armonizado. A partir de este estándar, cada país puede escoger si añadir más dígitos o no para lograr una clasificación más precisa. En el caso de la UE, utilizamos 8 dígitos, añadiendo dos dígitos adicionales al final del código estándar. Estos ocho dígitos serán los que deberemos utilizar si queremos hacer intercambios intracomunitarios.
Cuando alguien realiza una importación o exportación procedente de un país externo a la Unión Europea, se le exige el código TARIC. Esto es el código de los ocho dígitos numéricos más dos dígitos numéricos más. En este caso, contamos con diez dígitos, siendo los seis primeros comunes en todos los países que aplican el sistema armonizado.
A la hora de clasificar las mercancías, en la gran mayoría de ocasiones se clasifican según el criterio de materia constitutiva. En los casos de máquinas, aparatos, instrumentos, herramientas, etcétera el criterio que se sigue es el de funcionalidad.
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