Con la victoria de Donald Trump se han desatado varias alarmas en diversos sectores políticos y económicos en todas las latitudes. Europa, cómo no, también está a la expectativa.
El BCE (Banco Central Europeo), el banco central de los países del euro, se ha contagiado del desasosiego que ha generado la elección del candidato republicano. Ante el anuncio de su política proteccionista, el organismo económico europeo es tajante: si la economía estadounidense opta por el proteccionismo a ultranza, esto puede ralentizar gravemente el crecimiento mundial y colapsar el comercio. En consecuencia, se verán dañadas todas las economías que dependan de exportaciones.
Se trata de un periodo de incertidumbre anormal para la economía mundial, en palabras del vicepresidente del BCE, Vítor Constâncio, que reclama políticas más expansionistas para Europa. Según este alto cargo la euforia que viven Wall Street y otras bolsas puede ser efímera, debido precisamente a la incertidumbre que genera ese proteccionismo del eslogan “America First”, anunciado a bombo y platillo por Trump en su campaña electoral.
Uno de los aspectos en los que más incidió Trump durante su carrera hacia la Casa Blanca fue la revisión de los acuerdos comerciales de Estados Unidos con otras regiones, por ejemplo el NATFA, firmado con México y Canadá, el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y los países del Pacífico (TTP) y siguiendo con el TTIP con Europa. Por ello, el vicepresidente del Banco Central Europeo pide prudencia ante los vítores que ya se han dejado escuchar por parte de algunos mercados.
La política de Trump persigue reactivar la economía de Estados Unidos y va a generar inflación. Trump pretende estimular el crecimiento pero muchos expertos ven que va a desatar una deriva inflacionista. Muchos inversores están vendiendo sus bonos, ya que esperan que en el futuro den una rentabilidad mayor. Esta situación es la que el organismo europeo ve efímera e incluso peligrosa.
Para Constâncio, los problemas derivados de esa incertidumbre podrían llegar después. Así que recomienda la máxima precaución y no precipitarnos en las conclusiones, ya que un proteccionismo al alza puede reducir sensiblemente el crecimiento.
Respecto a cómo afectaría esa política a las economías emergentes, su análisis también es precavido y teme turbulencias. En el caso de Europa, aunque los mercados han reaccionado de forma positiva, el BCE sigue viendo muchos riesgos políticos y económicos. Por ello, insiste en su llamamiento a favor de políticas económicas de carácter más expansionista.