Para algunos países algunos años no son especialmente relevantes, pasan sin hitos históricos, políticos o económicos importantes. En cambio, otros años suponen tal revolución que se llenan libros de estudio y análisis sobre todo lo acontecido. Para Grecia 2015 es uno de estos años.
El próximo 20 de septiembre se celebran las terceras elecciones en Grecia. Previamente en enero ya se celebraron unas primeras Generales y en Junio se planteó un referéndum a los ciudadanos. En esta ocasión se vuelve a dar la oportunidad de escoger un gobierno representativo, tras la reciente crisis económica con la Unión Europea y con un panorama internacional marcado por la masiva oleada de refugiados.
De estas nuevas elecciones griegas se vislumbran dos posibles horizontes, ninguno de ellos con un gobierno de mayoría absoluta, por mucho que Syriza argumente dicha posibilidad. De esta forma Nueva Democracia (ND) y el partido de Alexis Tsipras son los que pugnan por el poder, pero con coaliciones encima de la mesa que sí dependerán de los resultados electorales, aunque está prácticamente descartado que ND y Syriza se unan en un macrogobierno dispar. Sólo Vanguelis Meimerakis, líder conservador de ND parece estar abierto a una coalición de este tipo.
Syriza ve entre sus posibles aliados a Pasok y a To Potami, pero es bastante improbable que Unión Popular entre en la balanza. Este partido creado hace apenas un mes constituía antes con sus protagonistas el ala radical del partido de Tsipras. La escisión según los analistas supone una pérdida de apoyos de hasta el 4% para el actual Gobierno.
Por otro lado, se da por hecho que Griegos Independientes, que ya formaron coalición con Syriza, no entrarán en el Parlamento y que Aurora Dorada (AD) experimentará un notable aumento de simpatizantes, superará el 6% y se convertirá en la tercera fuerza dominante del país, pese a que su extremismo de derechas le impedirá formar coalición con ninguna de las otras dos.
Las elecciones en Grecia se encaran por parte de los ciudadanos con cierta apatía y mucha desmoralización pese al rescate de 86.000 millones aprobado este verano por la Unión Europea. Además se mantiene el 10% de voto indeciso que podría desestabilizar el resultado final si la tendencia a reducirse se mantiene hasta el día de las elecciones.
La principal pregunta que griegos e incluso el resto de europeos se hace, más que saber quién ganará o formará Gobierno en Grecia es, ¿serán estas las últimas elecciones en lo que va de año?