La NASA ha lanzado el vehículo LDSD, siglas en inglés que se traducen como Desacelerador Supersónico de Baja Densidad. Con este vehículo en forma de platillo volante, la agencia busca poner a prueba la tecnología que será utilizada para colocar cargas pesadas sobre la superficie de Marte.
El lanzamiento se realizó en Hawai, y ha sido calificado por la propia NASA como el «vuelo que sacudirá a la ingeniería». Este vehículo se ha dejado caer desde un globo de helio muy por encima de la superficie de la Tierra, con la intención de preparar el terreno de cara a futuras expediciones científicas a Marte con seres humanos, aunque estas misiones requerirán naves más grandes y más pesadas.
El objetivo del experimento es el probar un supuesto aterrizaje sobre la superficie marciana. Una fracción de segundo después de caer el globo, se encienden cuatro pequeños motores de cohete con el objetivo de poner a punto el platillo y estabilizarlo giroscópicamente. Medio segundo después, el motor de cohete logra un empuje de 7.937 kilogramos y envía al vehículo de prueba hacia el límite de la estratosfera.
«Usamos un globo de helio para levantar nuestro vehículo a 36.580 metros», ha indicado Mark Adler, gerente del proyecto LDSD en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. «Desde allí lo dejamos caer durante un segundo y medio. Luego, sólo debe adquirir altura y velocidad y después debe frenar».
«Nuestro objetivo es lograr una altitud y una velocidad que estimulen la clase de ambiente con la que nuestros vehículos se encontrarían al volar en la atmósfera marciana», agregó Ian Clark, principal investigador del proyecto.
«Si nuestro platillo volador bate sus récords de velocidad y altitud, será un día grandioso», ha concluido un Mark Adler entusiasmado con las posibilidades que puede abrir este experimento.