Después del éxito obtenido en la primera vuelta de las elecciones francesas, Marine Le Pen ha anunciado que va a tomarse una excedencia en la presidencia de su partido, el Frente Nacional, con el objetivo de centrarse totalmente en la candidatura a las Elecciones Presidenciales de su país.
“Ya no soy más que la candidata a las presidenciales” – ha anunciado Le Pen ante los medios. La idea que manifestó es “reunir a todos los patriotas franceses” en torno a su propuesta. La mayoría de los analistas ven en esta excedencia temporal una clara maniobra para conseguir captar votos más moderados y comerle terreno a su principal competidor, el centrista Emmanuel Macron, del partido En Marcha!
Es un gesto, el de alejarse temporalmente de la presidencia del partido que fundó su padre, que trata de desvincular a Marine Le Pen de su clásica posición ultraderechista y de atraer votantes de un espectro más de centro y centro-derecha que, en un principio, tuvieran reticencias a la hora de votar a un partido tan extremista.
Ambos políticos se disputarán la presidencia en las elecciones del próximo 7 de mayo después de una muy disputada primera vuelta en la que Macron obtuvo el 24% de los votos, mientras que su más directa competidora Le Pen se hizo con el 21,3% de las papeletas. Por detrás de ellos, en tercer y cuarto puesto, el candidato del partido de Los Republicanos Francois Fillon, con un 20%, y Jean Luc Mélenchon, el líder del movimiento “Francia insumisa” que se llevó el 19,6% de los votos. El espacio electoral francés se encuentra muy fragmentado, habida cuenta de que entre el primero y el cuarto puesto hay menos de 5 puntos porcentuales.
Otro dato significativo es el descalabro sufrido por la socialdemocracia francesa en estos comicios, ya que tan solo ha obtenido un 6,4% de los votos en la persona de Benoit Hamon, del Partido Socialista Francés.
Después de conocerse los resultados de la primera vuelta los partidos franceses tradicionales, que han quedado fuera de la carrera por la presidencia por primera vez en la historia moderna de Francia, han pedido el voto en la segunda vuelta para Macron, con el fin de evitar una hipotética victoria de la candidata ultraderechista.
Según la mayoría de fuerzas políticas una victoria de Le Pen sería nefasta para la economía francesa, dividiría a la sociedad del país vecino y resultaría nociva para las libertades democráticas y para el proyecto europeísta.