Los suizos aprobaron el pasado domingo mediante un referéndum el abandono de la energía nuclear, reducir el consumo de energía e impulsar a partir de ahora las energías renovables.
De esta forma, la llamada Estrategia 2050 buscar aumentar la eficiencia energética, dejar atrás la era atómica y acometer un ambicioso plan de transformación energética que pueda extenderse al resto de Europa. El gobierno suizo comenzó a trabajar en este proyecto de revisión de ley tras el accidente nuclear de Fukushima, provocado por un tsunami en 2011.
El 58,2 de los votantes suizos apoyaron estas medidas, mientras que un 26% expresaron su voto negativo.
En la actualidad un tercio de la energía que produce Suiza es de origen nuclear. Tras el resultado del referéndum ya no se podrán construir más centrales nucleares en este país. Las cinco centrales nucleares con las que cuenta Suiza serán desactivadas en cuanto cumplan su vida útil, en un plazo de 20 a 30 años.
Puesto que con la nueva ley Suiza va a prescindir de un 30% de la energía que produce, la Estrategia 2050 plantea la reducción del consumo de energía y de electricidad.
¿Cómo se concreta este plan? El consumo energético medio de cada persona debe descender en un 16% hasta 2020 y seguir disminuyendo hasta un 43% en 2035, siempre tomando como referencia los datos de consumo del año 2000. Por su parte el consumo de electricidad deberá reducirse en un 3% y un 13% respectivamente.
Suiza compensará esta reducción con el impulso de energías renovables como la energía solar, la eólica, la biomasa, el biogas y la geotérmica. Como fórmula de financiación de este impulso a las renovables los suizos deberán pagar más por su electricidad. Esto se concreta en una subida de unos 40 francos (unos 37 euros) en la factura de electricidad de una familia de cuatro miembros que realice un consumo eléctrico medio.
Las medidas también tienen detractores (representados por Alianza Energía, el comité pluripartidista con miembros del derechista UDC, los liberales del FDP y los democristianos del CVP) que aseguran que los costes reales de la supresión de la energía nuclear van a ser mucho mayores. Unos gastos reales que el gobierno omite, según ellos.
También afirman que la nueva ley será causa de numerosas pérdidas de puesto de trabajo y de bienestar en el conjunto de la población suiza, afectando al turismo, los comercios minoristas y los sectores manufactureros.