El viernes 16 de agosto a las 23:20 horas, un ferri de Baleària procedente de Islas Baleares, encalló en su entrada al puerto de Denia (Alicante).
Dado que fue imposible derivar el ferri hasta el puerto, profesionales pertenecientes a Salvamento Marítimo, a la Guardia Civil del Mar y a la Policía Local de Denia, tuvieron que trabajar conjuntamente para evacuar a 393 pasajeros y 21 miembros de la tripulación.
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Evacuación sin incidentes, pero sin los coches
La evacuación duró hasta las 2 de la mañana del día 17 de agosto. Todos los pasajeros han podido salir completamente ilesos de la situación y las autoridades han podido facilitarles todas sus pertenencias.
Sin embargo, no fue posible desalojar los 70 vehículos existentes entre la carga del ferri, por lo que se procedió a fletar autobuses para el traslado de los viajeros, con paradas en varias poblaciones entre Alicante y Valencia, ambas capitales incluidas.
El objetivo ahora con los pasajeros es poder facilitarles cuanto antes los vehículos, para lo que se les informará detalladamente, cuando puedan volver para retirarlos. Desde la empresa no se ha podido confirmar ninguna fecha estimada de entrega.
Plan de contención ambiental y reubicación de pasajeros
Baleària se ha encargado de intentar mantener el servicio para el resto de sus pasajeros. De esta forma, el trayecto del ferri encallado será asumido por el ferri Bahama Mama. Han tenido que aprovechar hasta cuatro buques de la empresa para la reubicación de todos los pasajeros que tenían su billete comprado con anterioridad.
Sin embargo, las autoridades se preocupan más por el entorno y el estado del barco. Una empresa que ofrece servicios subacuáticos ya está valorando los daños producidos en el ferri. Por otra parte, Salvamento Marítimo ha tenido que desplegar la barrera anticontaminación con el fin de prevenir cualquier impacto en el entorno marino. No se ha identificado pérdida de combustible pese al aparatoso suceso.
La planificación, por el momento, se dirigirá a conseguir reflotar el barco, llevarlo hasta el puerto de Denia y conseguir desembarcar todos los vehículos, para devolverlos a sus propietarios. Por descontado, el análisis de la situación del barco y esclarecer las razones de lo que ha sucedido también será una prioridad en la investigación en curso.
Al menos el suceso no ha afectado al tráfico marítimo. El puerto de Denia ha podido trabajar con normalidad y todos los barcos han podido entrar y salir sin verse afectados por el ferri encallado.