El antiguo alcalde de Nueva York tuvo la idea de crear viviendas para la clase baja. Son viviendas consideradas habitables, sólo que con un precio realmente asequible. Hasta ahí todo muy normal hasta que te das cuenta de que su idea era la de separar las entradas de las personas entre ricos y pobres. Los grandes periódicos de la ciudad como el New York Times, o el New York Post y algunos cercanos a la zona, han llamado a esta idea: Las puertas para pobres.
Por suerte, es una situación que no durará mucho si, De Blasio, quien ha llegado a la alcaldía, cancela este proyecto. Para mucho esto es un insulto para las personas que no tienen mucho dinero y no pueden gastarse un gran capital en la compra de su vivienda. El nuevo alcalde De Blasio ha dicho que lo que más le importa a él es la igualdad de todas las personas sin importar la clase social o el dinero que tengan.
La constructora que ayudó con el proyecto inicial, ha avivado el problema diseñando más de 200 viviendas exclusivas a precio de mercado mirando al rio Hudson y otras 55 con un precio asequible que se sitúan en la misma calle en una zona separada, donde se accederá en otra puerta
La anterior administración cambió la ley para permitir el desarrollo de los planes que tenían, y el nuevo grupo de gobierno quiere volver a la ley que había antes, para que se reflejen las prioridades y los valores de estos.
El precio de las viviendas de New York, con el paso del tiempo ha ido aumentando hasta llegar a una media de 3.000 dólares al mes, uno de los alquileres más altos de todo el planeta.