Por primera vez en su historia la Selección Española masculina de balonmano se ha alzado con la medalla de oro en unos campeonatos de Europa de este deporte.
La final del torneo, que se celebró en Croacia el pasado domingo, vio como nuestra selección supo darle la vuelta a un partido que parecía perdido ante la Selección de Suecia y obtuvo el triunfo con un tanteo favorable de 29-23.
La final española fue en progresión, con una segunda parte especialmente brillante. Era la quinta ocasión en que nuestra selección optaba a este título y esta vez, el cuadro dirigido por Jordi Ribera, no la desaprovechó.
España ya sabe lo que es alcanzar la máxima gloria en el mundo del balonmano, con dos campeonatos mundiales a sus espaldas conseguidos en los años 2005 y 2013. Respecto a los campeonatos europeos las intentonas habían resultado fallidas hasta la fecha: en 1996, 1998, 2006 y 2016 la final se les escapó.
En los últimos años, la gloria cada vez más al alcance de los dedos: cuartos en 2012, bronce en 2014, plata en 2016, parecía que el sueño cada vez estaba más cerca y al final se ha materializado: España es, por fin, campeona de Europa de Balonmano.
El combinado español supo imponer sobre la pista su mayor experiencia y su enorme calidad ante los suecos. Tras la finalización de la primera parte el combinado español se fue al descanso con un 12-14 en contra, gracias sobre todo a las sensacionales paradas del portero sueco (se llegaron a contar hasta 11). Gracias a estas inspiradas acciones, Suecia se fue arriba e hizo volar el marcador.
Sin embargo, la Selección Española no perdió en ningún momento los nervios y supo esperar su oportunidad, que llegó en la segunda parte. Sterbick, Ariño, Balaguer, Pérez de Vargas, Corrales, Goñi, Balaguer, Solé, Entrerríos y los demás hicieron su trabajo a conciencia y cambiaron el decorado ante una Suecia desbordada, que buscaba refuerzos en el banquillo que resultaron estériles. A diez minutos del final España se escapaba 25-17 y caminaba cómoda hacia la victoria.
Las felicitaciones recibidas por los campeones del mundo se han sucedido desde el momento de la victoria. Tanto la Casa Real como el Presidente del Gobierno han puesto de relieve el orgullo por la victoria y el sufrimiento que tuvo que atravesar nuestro equipo frente a un gran rival.