Matteo Salvini, ministro de Interior de Italia, ha decidido cerrar los puertos de su país a las ONG y concretamente a la embarcación Aquarius, que lleva a bordo más de 600 inmigrantes que zarparon desde las costas libias y que se enfrentaban a un incierto destino. Entre ellos hay 123 menores de edad, 11 niños y 7 mujeres embarazadas.
El Aquarius es una nave rescatada por la ONG italo-franco-alemana SOS Meditérranée y Médicos sin fronteras (MSF).
Salvini ya amenazó en campaña electoral con tener mano dura con la inmigración que llega por el Mediterráneo. Y ahora que se ha hecho con el cargo de ministro del Interior de su país llega el tiempo de cumplir las promesas.
En un primer momento Salvini , líder de la Liga Norte, partido de extrema derecha, trató de desviar la atención y que fuera Malta la que acogiera a los inmigrantes. No obstante el puerto de La Valeta se negó, ya que las operaciones de socorro habían sido coordinadas por Roma y el gobierno de aquel país argumentó no tener competencia ni autoridad para intervenir en este caso.
El suceso ha abierto una crisis entre los gobiernos de Italia y Malta. El principal punto de discusión entre ambos países parecen de acuerdo en que la prioridad indiscutible es salvar vidas humanas, pero siempre y cuando todos los países cumplan las reglas y convenciones internacionales sobre salvamento.
Esta decisión de cierre de los puertos italianos a las ONG no tiene precedente. Según el ministro del Interior italiano se produce a consecuencia de la falta de colaboración del gobierno de Malta.
En este clima de tensión ha mediado Naciones Unidas con un mensaje claro y rotundo expresado por Carlotta Sami, portavoz para el sur de Europa del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur): “El salvamento de vidas en el mar debe permanecer como una prioridad absoluta para cualquier gobierno”.
Por su parte, las críticas no se han hecho esperar tanto fuera como dentro e Italia. Sin ir más lejos, el alcalde de Napoles se ofreció a acoger a los refugiados y en las últimas horas se ha conocido la noticia de que las ciudades españolas Barcelona y Valencia habían ofrecido sus puertos para acoger a estos 629 inmigrantes.
Finalmente, según la última hora, el presidente del gobierno Pedro Sánchez habría dado instrucciones para que sea Valencia la que acoja al Aquarius en las próximas horas.