La contaminación en China ha llegado a máximos históricos. No precisamente ahora sino la semana anterior. Sin embargo es hoy cuando una alerta roja se ha extendido por el país, debido a las críticas recibidas por una falta de atención suficiente a los recientes casos. En China mueren 1,4 millones de personas anualmente por problemas relacionados con la contaminación.
Las imágenes mostradas a los medios de comunicación son impresionantes. Lugares emblemáticos como la plaza de Tiananmen son literalmente invisibles por estar cubiertos de tierra y polvo. La calidad del aire es ciertamente poco agradable, pero aún así el nivel de toxicidad no es tan alarmante como al que otras veces se han tenido que enfrentar los ciudadanos chinos.
La alerta roja por contaminación se activó en China el pasado martes 8 de diciembre desde primera hora de la mañana y de momento permanecerá activa hasta el jueves 10 de diciembre a mediodía, no obstante si los niveles de contaminación permanecen invariables, la alerta roja podría mantenerse durante más tiempo.
Las medidas que se imponen en una alerta roja afectan a todo el mundo. Los vehículos, principales emisores de agentes contaminantes, son limitados al 50%. Un día pueden circular aquellos que tengan una matrícula par y al día siguiente los que tienen la matrícula impar. El objetivo es reducir las emisiones todo lo posible para alcanzar niveles óptimos para tener un aire saludable.
La aplicación de niveles de alerta por contaminación comenzó en China en octubre de 2013. Este sistema establece 4 fases de alerta. La anterior a la roja, la naranja, ya fue impuesta el sábado anterior previniendo de esta forma un aumento preocupante de la contaminación en el aire. El valor utilizado para esta medición es el ICA (Indice de Calidad del Aire). Actualmente está por encima de 200 ya más de 3 días seguidos, lo que ha motivado la alerta roja, sin embargo el mes pasado se llegaron a niveles de 500 y no se tomaron medidas. Las críticas suscitadas por la apatía del gobierno chino es lo que ahora ha despertado la urgencia por salvaguardar a los ciudadanos, así como para mostrar una imagen pública comprometida con el medioambiente en momentos de tanta necesidad.
Durante la alerta roja muchas escuelas han cerrado y los escolares que han tenido que asistir a clase tenían prohibido salir fuera de las instalaciones incluso para actividades físicas, que deben realizarse en el interior. El resto de población debe adoptar las medidas necesarias para no exponerse demasiado a la polución.
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