Según el Informe Chilcot, producto de siete años de investigación independiente sobre la participación de Reino Unido en la Guerra de Irak, Reino Unido invadió dicho país sin agotar todas las opciones de resolver el conflicto por vías pacíficas. Junto a Estados Unidos presionó para la intervención militar, con el apoyo de otros gobiernos como el español, sin que se hubieran agotado todas las posibilidades y haciendo oídos sordos a la autoridad del Consejo de Seguridad de la ONU. Finalmente la invasión se llevó a cabo por una coalición internacional de países que no tuvo el respaldo de la ONU
Este informe ha concluido que los juicios respecto a la presencia de armas de destrucción masiva, esgrimidos por los altos mandatarios involucrados en la guerra y que tomaron la decisión de invadir Irak, se presentaron con una certeza “que no estaba justificada”.
Tony Blair, entonces primer ministro del Reino Unido, asegura aun hoy en día que tomó la decisión de buena fe pensando en los intereses de su país aunque muestra también su arrepentimiento por los errores de planteamiento y por la explosión de terrorismo que desató la intervención militar. En octubre del año pasado Blair expresó una disculpa pública y reconoció que no supo prever el caos que vino después, tras el derrocamiento de Sadam Husein, y que aquel hecho contribuyó al desarrollo del Estado Islámico (ISIS). La invasión de Irak, que contó con 30.000 soldados británicos, es, sin duda alguna, uno de los episodios más oscuros y polémicos del mandato de Blair como también lo es en el caso de sus socios Bush y Aznar.
El informe, que incluye 12 volúmenes que han analizado más de 150.000 documentos del Gobierno, se presentó ante 179 parientes de combatientes fallecidos en Irak y, según se desprende de la lectura de sus páginas, la acción militar puedo estar justificada en algún momento posterior, pero desde luego, no lo estaba en 2003, año de la invasión; no fue ni mucho menos el último recurso. El documento supone una fuerte crítica a la decisión de Blair de invadir Irak.
El principal responsable del informe, John Chilcot, asegura haber tenido en cuenta para la elaboración de este documento que las familias desean saber cuál es la verdad de lo que sucedió, sobre todo aquellas que tienen parientes afectados por las consecuencias de la guerra.
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