Que Donald Trump es un duro negociador es algo de lo que no cabe duda. El presidente estadounidense ha solicitado fondos que faciliten la construcción del muro con México, uno de los puntos estrella de su programa electoral, a cambio de un acuerdo sobre los dreamers.
El caso es que Donald Trump alcanzó en septiembre pasado un acuerdo con la oposición demócrata para salvar de la deportación a los denominados dreamers. Se llama así a las personas que entraron en Estados Unidos de forma ilegal siendo menores de edad, que a pesar de no tener permiso para residir en dicho país pudieron ir a escuelas estadounidenses y que al llegar la edad adulta tienen problemas por carecer de papeles y que han vivido bajo la amenaza de ser deportados. Un total de 800.000 inmigrantes.
Pero parece ser que este pacto ha sido dinamitado. Ahora el presidente pide a cambio de dicho acuerdo endurecer la política migratoria, incluyendo la financiación del citado muro (para el que se prevé un coste de 20.000 millones de dólares), el endurecimiento de las fronteras, de la concesión de asilo, la limitación de los permisos de residencia y la no concesión a aquellos que no sean hijos de inmigrantes integrados; agilizar las expulsiones de menores de edad centroamericanos, retirar fondos a las llamadas ciudades santuario, poner en marcha deportaciones y expulsiones para los inmigrantes sin papeles y la ampliación de la policía de inmigración en 10.000 efectivos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en sus siglas en inglés), así como 1.000 abogados, 370 jueces y 300 fiscales especializados.
Este paquete de negociación que ha puesto Trump sobre la mesa ya ha sido rechazado por la oposición demócrata y a buen seguro va a ser duramente negociado en un proceso que se adivina polémico y complejo.
En caso de aprobarse la reforma, el sueño aislacionista de Trump estaría más cerca de cumplirse y supondría la mayor transformación en política migratoria estadounidense desde 1986. Aparte de la financiación del muro la propuesta de la administración Trump incluye aspectos muy controvertidos como la devolución express de los menores sin papeles no acompañados. De hecho, esta medida ya se está aplicando con menores de México y Canadá y ahora se aplicaría también sobre los miles y miles de niños y adolescentes que han entrado en el país procedentes de Honduras, Guatemala, El Salvador…
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