La última final del Festival de Eurovisión, celebrada en Kiev, capital de Ucrania, no ha dejado a nadie indiferente. Lo confirman sus buenos niveles de audiencia. El cantante y músico portugués Salvador Sobral, de 27 años, se alzó con una merecida victoria y consiguió el récord de puntos del concurso: un total de 758 puntos, con una ventaja de 143 puntos sobre el segundo clasificado, Bulgaria.
Se da la circunstancia de que es la primera vez que Portugal se lleva el triunfo a su país después de 48 ediciones en las que ha participado. Hasta el momento, el país vecino había sido el gran olvidado del concurso. De hecho en la edición del año pasado no pudo ni participar, debido a dificultades económicas.
“Amar pelos dois” es el título de la canción ganadora, compuesta por la hermana del intérprete, Luisa Sobral. La calidad de la canción, junto con una brillante, delicada y emotiva interpretación, devuelve parte de la credibilidad perdida a este certamen. Por una vez triunfó la autenticidad y la emoción, y se demostró que el festival de Eurovisión no solo pueden ganarlo canciones en inglés ni frikies…
Entre los referentes musicales reconocidos por el ganador del concurso destacan Chet Baker, Billie Holiday, Caetano Veloso y Silvia Pérez Cruz.
Sobral ha conseguido con su triunfo que por una vez el acento se ponga sobre el aspecto artístico, que la música se anteponga por un momento al espectáculo televisivo, la moda y los intereses comerciales. Lo dijo en su discurso de agradecimiento, una crítica abierta a la tónica generalizada en las listas musicales de consumo masivo. Sobral dijo que ésta es una victoria de la música, que la música no son fuegos artificiales, sino sentimiento, una expresión artística tiene que decir algo.
Por su parte, España solo obtuvo 5 puntos provenientes de los eurofans y su representante Manel Navarro quedó relegado al último lugar. Algunos periódicos españoles señalan hoy que la victoria portuguesa, con una interpretación de corte clásico y poético cantada en su idioma natal, libre de artificios escénicos, puede dar una buena lección a España. Según los especialistas, Televisión Española (TVE) debe reformular su modelo de proyecto para Eurovisión o seguirá haciendo un papel, por decirlo de forma suave, discreto. Se trata de romper moldes y ponerle algo de creatividad a nuestra propuesta para este veterano concurso musical, al menos para dar una mejor imagen ante los más de de doscientos millones de espectadores que siguen cada año Eurovisión en todo el mundo.
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