Recientemente, la prestigiosa revista de moda Vanity Fair, reunió a algunos de los principales diseñadores del mundo y les pidió que eligiesen las banderas de países que, a su juicio, podrían considerarse las más bonitas del mundo.
Por descontado, tanto en gustos como en teorías sobre la moda, la variedad es tan grande como las personas consultadas. Cada diseñador escogió sus banderas favoritas, entre las que se encontraba la de España, la del Orgullo Gay o incluso la de Nepal (la única del mundo que no es cuadrangular).
Pero entre las elecciones presentadas, se encontró un común denominador, una combinación cromática que se presentaba como la más atractiva de todas las opciones, la utilización del rojo y el blanco en un mismo diseño.
Esto ha motivado que las banderas de Japón y Canadá sean las más frecuentemente seleccionadas entre esta informal elección de diseñadores profesionales. Es algo que llama la atención, dado que la primera es todo un homenaje al minimalismo oriental, mientras la segunda apuesta por la inclusión de varios elementos, entre los que la hoja de árbol es la más característica.
El rojo y el blanco en banderas publicitarias
Curiosamente, este hecho ha trasladado las banderas publicitarias, que responden a la identidad corporativa de cada marca, también nos ofrece un panorama similar.
Al contrario de las banderas de países, las banderas publicitarias tienen un fin estrictamente comercial, responden a una estrategia de branding apoyada en un elemento visual tan impactante como lo es una bandera, en cualquiera de sus modalidades, desde un pequeño banderín hasta una gran banderola.
Muchas de estas marcas utilizan los colores rojo y blanco en su presentación. Algunos estudios indican que esta elección aporta dinamismo y energía, perfecto para objetivos comerciales generalizados, mientras que el minimalismo ofrece mayores opciones de identificación por parte del usuario.
Ambos conceptos unidos en una misma bandera, constituyen de esta forma la combinación de elementos visualmente más atractivos también desde un punto de vista comercial.
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