Alrededor de 300.000 personas han sido evacuadas en los incendios de California, en los que se calcula que ha habido 31 muertos y en torno a un centenar de desaparecidos. Además, los tres incendios activos han afectado a más de 80.000 hectáreas. Los servicios de emergencias continúan con los trabajos de búsqueda de los desaparecidos.
Desde el pasado jueves un enorme incendio, que es el principal lugar de la catástrofe, destruye la zona norte de California, al que se ha unido otro en la parte sur del Estado. El Departamento de Bomberos del condado de Butte ha informado sobre el incendio bautizado como Camp Fire, que ha tenido lugar al noroeste de San Francisco. Asegura este departamento que han quedado arrasadas en torno a 45.000 hectáreas, 6.450 viviendas y 260 comercios, y que han perdido la vida 29 personas y quedado heridos tres bomberos.
El incendio Camp Fire, que actualmente se encuentra controlado tan solo en un 25% ha arrasado la localidad de Paradise, de 26.000 habitantes, localizada a unos 280 kilómetros al noreste de la bahía de San Francisco. Desde el pasado jueves se mantiene activa la alerta roja en toda la zona por la mala calidad del aire debido al humo derivad del incendio.
Se trata de uno de los incendios que ha originado más muertes en California. Los expertos recuerdan estos días el de Griffith Park de Los Ángeles del año 1933, que se cobró 29 muertos, y el de Oakland Hills de 1991, que dejó tras de sí un total de 2 fallecidos.
El origen del incendio todavía no se ha aclarado y las investigaciones intentan buscar los motivos. Una de las hipótesis es que el fuego se hubiera iniciado a partir de una chispa de equipamiento eléctrico.
De hecho, Pacific Gas & Electric Co, la mayor compañía californiana de gas y electricidad, ha informado sobre la detección de un problema en una línea de alta tensión próxima a la zona donde se declaró el incendio.
A la vez que se desarrolla el incendio de Camp Fire se extiende otro en el sur de California, en el que han fallecido dos personas que iban en un vehículo. Llamado Woolsey Fire ha alcanzado 33.600 hectáreas que pertenecen a las ciudades de Malibú, Calabasas y Thousand Oaks. Los bomberos han conseguido dominarlo en un 10%.
A estos dos grandes fuegos se les ha unido otro más pequeño, localizado también en el sur.
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