El terror por las armas regresa a Estados Unidos

En menos de 24 horas dos poblaciones de Estados Unidos han sido testigo de tiroteos entre sus vecinos. La primera de ellas la de Arizona, la segunda de Texas y en ambos casos en zonas universitarias. Pese a todo, la policía descarta que haya relación entre ellas, por lo que se trata de dos casos aislados, lo que posiblemente suscite más tensión todavía por el siempre polémico debate del uso de las armas en el país.

El tiroteo en Arizona ha tenido lugar en un aparcamiento cercano a una residencia de estudiantes, en pleno campus de la Universidad de Arizona. El supuesto autor de los hechos fue detenido antes de que sucediese el segundo tiroteo, por lo que en principio no se extrae relación alguna entre ambos sucesos.

Este tiroteo dejó tres heridos y una persona fallecida, que fueron trasladados al Centro Médico de Flagstaff, pero no se ha tenido más noticia acerca de su estado.

El segundo de los tiroteos también tuvo lugar en un campus, esta vez en el de la Universidad del Sur de Texas. De nuevo hay un fallecido y un herido tras el tiroteo y ha sido todo el mismo día 9 de octubre. El primer suceso fue al inicio de la madrugada (1:20 horas) y el segundo cerca de medio día (11:30 horas), según el horario local.

El mayor problema además del incidente por sí mismo, es el momento en el que tienen lugar estos tiroteos. Apenas han pasado 7 días desde el tiroteo de la universidad de Umpqua, en Roseburg (Oregón) en el que murieron hasta 9 personas víctimas de los disparos y posteriormente el autor de los hechos se suicidó. Supuestamente el suceso fue motivado por un intento de llamar la atención de los medios de comunicación y la sociedad en general en torno a la violencia y los tiroteos en el país.

En aquél momento el presidente de los Estados Unidos acudió a reunirse con familiares y afectados por el tiroteo durante al menos una hora de la vigilia. Al regresar a Washington, el presidente Obama, como tantos otros antes de él, se vio inmerso en una ardua batalla política por endurecer el control de las armas en Estados Unidos, un debate del que ha sido testigo el Congreso durante muchos mandatos. Sin embargo, las leyes de permiso de armas siguen sin prever cambios en un futuro a corto plazo.