Mucho se habla en estas últimas semanas de presupuestos, tanto a nivel interno como externo. Desde algunos sectores se ataca al presupuesto presentado por el Gobierno español, pero lo cierto es que son las cuentas italianas las que más preocupan a los altos mandatarios europeos.
Nunca antes se había rechazado de plano un proyecto de Presupuestos Generales presentado por un país. Es una situación que no se había producido en las dos décadas de historia de la zona euro.
La de los Presupuestos Generales es una de las decisiones soberanas de un país, y la Unión Europea advierte sobre algún punto concreto o pide matizar alguna partida, pero lo que ha ocurrido es el rechazo total a los documentos presentados por Italia.
Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión para el Euro y el Diálogo Social, y Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos, han comunicado la medida, que hasta el día de hoy nunca había sido adoptada.
Además, la Comisión Europea insta al Gobierno italiano a corregirlas y devolverlas en un plazo de tres semanas. A partir de entonces la Comisión volverá a evaluar el proyecto durante otras tres semanas.
Si las discrepancias continúan, aunque se comenta que la Comisión quiere evitar un choque frontal, habrá un segundo dictamen negativo.
Una de los principales escollos con los que se encuentran los evaluadores europeos es la expansión del déficit estructural de ocho décimas del PIB, mientras Bruselas exige un ajuste de seis décimas.
Según Valdis Dombrovskis, el Gobierno de Italia está yendo en contra de las normas comunitarias, y lo está haciendo a conciencia. Y ha añadido que las normas son comunes para todos y hay que respetarlas.
El gobierno de Giuseppe Conte no ha hecho caso de las advertencias de Bruselas y ha declarado que ha sido una decisión difícil pero necesaria. Por su parte, el ministro del Interior italiano, el controvertido Matteo Salvini, ha afirmado que en su gobierno creen que tienen razón.
La Comisión ha lanzado una advertencia a Roma, en el sentido de que si prosiguen con su empeño en el desafío de los presupuestos, podrían poner en marcha un procedimiento de déficit excesivo en base al criterio de deuda, los que podría conllevar sanciones millonarias y el recorte de fondos estructurales. Algo que nunca ha pasado antes con ningún socio comunitario.
En cualquier caso, Moscovici ha afirmado que Bruselas tiene las puertas siempre abiertas para diálogo.
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