Después del escándalo surgido en los últimos días por la fuga de datos confidenciales ocurrida en Facebook, Mark Zuckerberg ha roto su silencio y ha reconocido que se cometieron errores que permitieron estos fallos de seguridad.
Las informaciones sobre estas filtraciones, que han ascendido hasta los 50 millones de datos de usuarios revelados a la consultora británica Cambridge Analytica, saltaron hace unos días a las portadas de medios como The New York Times y The Observer. Esta consultora fue contratada por el equipo de Donald Trump en su campaña electoral de 2016 por más de 6 millones de dólares. Los citados medios publicaron también que la información robada a Facebook fue utilizada para construir un programa informático que fuera capaz de predecir las decisiones de los votantes y poder influir sobre ellas.
Facebook es hoy por hoy la red social más grande del mundo. Su fundador ha señalado a través de su propio perfil personal en esta plataforma que la firma va a investigar todas las aplicaciones que hayan accedido a grandes cantidades de información antes de 2014, año en el que se les impusieron limitaciones. Como se recordará, antes Facebook permitía que los desarrolladores que creaban apps vinculadas a la red social tuvieran acceso a la información de los amigos de Facebook de los usuarios que instalaban esas aplicaciones, a pesar de que no habían dado su consentimiento para ello.
Asimismo, Mark Zuckerberg anunció restricciones para los desarrolladores de aplicaciones de cara a evitar futuros abusos. Por ejemplo, una de ellas es la eliminación del acceso de los desarrolladores a los datos de los usuarios si estos no han utilizado la aplicación en tres meses, y la otra, la reducción del número de datos que se proporciona ahora mismo a las aplicaciones.
En el mismo comunicado Zuckerberg asegura que la compañía tiene la obligación de proteger los datos privados de sus usuarios, y que si no lo hace así no son dignos de servirles. El comunicado se cierra con la promesa de solucionar el problema y construir un mejor servicio a largo plazo.
Entre que saltó la noticia y la reacción de Mark Zuckerberg han pasado varios días en los que se ha incrementado la presión hacia esta compañía tecnológica y se han desplomado sus acciones en Bolsa. Los inversores han decidido castigarla y esto ha provocado la pérdida de más de 53.000 millones.
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