En España actualmente se utilizan 13 millones de lentes de contacto. Prácticamente su totalidad está volcada en la mejora visual de ojos que presentan alguna deficiencia, como miopía o astigmatismo, entre las más frecuentes.
Sin embargo, el nuevo desarrollo que está elaborando la Universidad de San Diego en California, podría transformar completamente el sector, no solo afectando a los usuarios que pueden potencialmente llevar lentillas para mejora la vista, sino para todo el mundo en general.
En este artículo encontrarás:
Lentes de contacto inteligentes con electrodos
Parece ciencia ficción y en cierta manera lo es. Se trata de lentes de contacto inteligentes, que se han fabricado mediante polímeros que actúan bajo el control de cinco electrodos, situados alrededor de los ojos.
Estos polímeros son los que permiten que estas lentes de contacto puedan realizar un zoom, acercando así la visualización de objetos situados a gran distancia.
No es necesario el uso de botones, no hay que preocuparse (aparentemente) por la autonomía. Aunque están en desarrollo todavía, su futuro ofrece un gran potencial.
Futuro de las lentes de contacto inteligentes
Las posibilidades de este desarrollo tecnológico son casi inabarcables. Prótesis visuales, lentes que ayuden en la lectura, robótica remota, etc.
Hay que tener en cuenta que estas lentillas inteligentes se basan en software prediseñado de antemano. Aunque actúa en función a elementos que afectan a la visualización en tiempo real, los movimientos y funciones están prediseñados anteriormente.
Pero de la misma forma que están “limitados” a ciertas funciones, también tienen la puerta abierta a futuros desarrollos, con los que ampliar sus posibilidades.
Las desventajas de las lentillas electrónicas
Este producto es un desarrollo tecnológico. Como tal, tiene el riesgo de estropearse o de un malfuncionamiento, lo que también plantea una cuestión adicional. ¿Qué riesgo supone llevar lentes de contacto inteligentes con respecto al usuario? ¿Están en peligro los ojos?
Según los primeros análisis, las lentes de contacto inteligentes no plantean un riesgo superior que las lentes de contacto tradicionales, para el ojo humano.
El único problema que podría aparecer es que deje de funcionar de forma correcta, por lo que por ejemplo la función de zoom traería una visualización ineficiente. Con tan solo ajustar sus funciones o sustituirlas por unas lentes nuevas, se solucionaría el problema.
Otra cosa, como es lógico, es el precio que este tipo de desarrollo podría tener. Si se le vinculasen otras funciones no directamente ligadas a la visión, sino más bien de telecomunicaciones, su valor se dispararía.
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