Normalmente solemos asociar las alergias con la primavera y con el polen. Sin embargo, el polen no es el único responsable de este problema de saludo y los expertos avisan de que hay muchos factores que han hecho aumentar la frecuencia de las alergias que se padecen en otoño.
De hecho, el otoño parece ser la época ideal en la que se dan las condiciones idóneas para la vida de los ácaros, responsables de muchas de estas alergias.
Los últimos estudios demuestran que factores como el calentamiento global, la contaminación y la sequía predisponen a un mayor riesgo de sufrir esta dolencia.
Uno de los factores más importantes es el aumento de la contaminación en las grandes ciudades, que multiplica las posibilidades de padecer alergias. Existe una relación directa probada científicamente entre la contaminación ambiental y el aumento de casos de alergia respiratoria. Por ello, hay que tener una precaución especial aquellos días o temporadas con mayor índice de contaminación, ya que las partículas de emisión diésel, en contacto con los granos de polen, pueden acceder con mayor facilidad a nuestras vías respiratorias. Tanto las emisiones producidas por los vehículos y las partículas contaminantes como los agentes alérgenos se encuentran en el aire y pueden afectarnos con mayor intensidad.
En las últimas décadas han aparecido nuevas industrias y se ha incrementado de forma significativa el número de vehículos y el tráfico de nuestras ciudades, un hecho que ha potenciado el aumento de las alergias que, además, ha multiplicado la capacidad dañina del polen para provocarnos los síntomas típicos de esta enfermedad.
Otro factor que los expertos identifican como causante del aumento de alergias en otoño es el cambio climático, que hace que las alergias sean cada vez menos primaverales y se den de forma palpable en otras estaciones como el otoño.
Los efectos del cambio climático son cada vez más notables, las temperaturas son cada vez más altas y los inviernos más cálidos, los plazos de la polinización se alargan (cada vez aparece más temprano y es más agresiva). En consecuencia, esto hace que puedan producirse rinitis alérgicas en cualquier época del año.
Las temperaturas de nuestros otoños e inviernos cada vez se parecen más a las de la primavera y producen este efecto alérgico antes citado. Si añadimos a esto las escasas precipitaciones y el aumento de la contaminación, encontramos los tres factores actuales más predisponentes de alergias respiratorias.
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