Suele comentarse que los videojuegos tienen efectos negativos en la socialización y la salud de los niños y adolescentes. Sin embargo, parece que está visión es demasiado parcial y fatalista, ya que los videojuegos también pueden ser beneficiosos para los más pequeños.
El Departamento de Pediatría de la Clínica Universidad de Navarra admite efectos positivos y negativos. Los detractores de la inclusión de los videojuegos en la formación y educación de las jóvenes generaciones denuncian que su uso descontrolado puede acabar generando:
- Ludopatía
- Individualismo
- Depresión
- Ansiedad
- Comportamiento violento
- Sobrepeso
- Problemas de personalidad
- Conductas agresivas, xenófobas, machismo…
- …
Por otro lado, como pasa en el caso de la televisión, dicha universidad reconoce efectos positivos en la utilización controlada de los videojuegos:
- Refuerzo social: el intercambio de juegos entre niños y adolescentes puede estimular las relaciones sociales, la participación en actividades conjuntas y el trabajo en equipo.
- Esfuerzo: los videojuegos suelen marcar unos objetivos, que pueden ser muy motivadores para los niños, ya que intentar conseguirlos potencia el esfuerzo y fomenta la toma de decisiones.
- Memoria y habilidades: pueden estimular también la coordinación visual y el desarrollo de habilidades manuales. También pueden servir para favorecer la memoria, la capacidad para la retentiva de conceptos numéricos y la identificación de colores.
- Los videojuegos pueden cumplir también una función educativa.
Parece claro que el matiz reside en la utilización controlada o incontrolada que se haga de los videojuegos. La clave está en cómo los utilicemos. Los expertos señalan al respecto algunas recomendaciones:
- En primer lugar debe controlarse el tiempo que se dedica al juego: según algunos especialistas los niños deberían jugar un máximo de 3 ó 4 horas semanales.
- Puede ser conveniente utilizar el rato de juego como premio después de haber cumplido determinadas tareas como ayudar en casa, estudiar, etc.
- Es recomendable supervisar el contenido de los videojuegos que utilizan nuestros niños para asegurarnos de que son adecuados para su edad.
- Procurar fomentar la vida familiar. En muchas ocasiones los pequeños y los adolescentes se refugian en estos juegos para suplir precisamente esa carencia. Puede ser una buena idea jugar juntos, para mejorar la comunicación.
- Los videojuegos pueden cumplir una función educativa, como señalábamos más arriba, pero siempre debe completarse con otras actividades, por ejemplo, deporte, lectura, arte…
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