Se decreta el estado de alarma en España

El pasado sábado 14 de marzo, se aprobó en un Consejo de Ministros Extraordinario el real decreto por el cual se activa el estado de alarma en España, derivado de la crisis sanitaria que ha causado el coronavirus, conocido científicamente como COVID-19.

Segundo estado de alarma en España

Este estado de alarma no es el primero que se da en el país. En el año 2010 se dio el primero en la democracia actual, debido a la crisis sucedida por los controladores aéreos, dado que se identificó una huelga encubierta bajo trámites masivos de bajas médicas.

Sin embargo, este estado de alarma que se ha decretado 10 años después del anterior, sí que es el primero que se debe a una crisis relacionada con la salud pública.

El estado de alarma se hará efectivo a partir del lunes 16 de marzo y se mantendrá durante los siguientes 15 días naturales. Previsiblemente el 30 de marzo podría ser el último día de su aplicación, aunque también podría mantenerse en un tiempo indefinido, hasta que el Gobierno considere que es seguro salir a la calle.

Qué supone el estado de alarma

El estado de alarma decreta varias disposiciones relacionadas con la seguridad y salud pública, pero sin duda la normativa que más afecta a todos los ciudadanos, es la limitación de movilidad.

Los 47,1 millones de habitantes de todo el territorio nacional tienen hasta ahora restringida esta movilidad, solamente para ocasiones excepcionales.

Estas excepciones son las relacionadas con:

• Acudir al puesto de trabajo y regresar de él.
• Comprar productos alimenticios de primera necesidad.
• Comprar productos farmacéuticos.
• Comprar en establecimientos operativos, como estancos, gasolineras y estaciones de servicio.
• Ir al domicilio de personas mayores dependientes.

Hay muchas excepciones al estado de alarma, pero básicamente las medidas más importantes implican que todos los no trabajadores, incluidos estudiantes, deben recluirse en casa con el fin de no propagar el contagio del virus entre más habitantes del país.

El mayor problema de esta medida es que sus efectos no son a corto plazo, precisamente porque el virus no actúa de inmediato, sino que puede comenzar a mostrar síntomas a partir de las dos semanas del contagio.

En todo caso, se espera que la curva de contagio decrezca antes de terminar el periodo de estado de emergencia y, por tanto, que se pueda reducir la fase de contención, para devolver las libertades a los ciudadanos.