El economista y analista de mercados deportivos Fernando Rodriguez Acosta plantea la problemática que representa la brecha entre las dos confederaciones y la, aparentemente, poca repercusión que implica la obtención de títulos.
La situación puede ser un poco compleja de entender para los que no siguen o conviven con la competición deportiva estadounidense de la NBA. En España, igual que en otros países, el deporte presenta superávit en las arcas de los grandes equipos (casi siempre). Se vive igualmente una brecha económica entre los clubs principales y el resto de participantes tanto en la competición española como incluso en competiciones internacionales. Esto deriva en el fichaje de estrellas para los clubs que puedan permitírselo por presupuesto propio o por dueños millonarios que anteponen sus deseos de inversión.
Sin embargo, es difícil que se dé el mismo caso que con los Lakers. El equipo de la Conferencia Oeste dijo adiós a la leyenda del básquet Kobe Bryant, registró una de las peores temporadas de la historia y, sin embargo, ha obtenido ganancias de 115 millones de dólares. La justificación de este beneficio se encuentra en acuerdos comerciales con medios locales para derechos de retransmisión.
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24.000 millones de dólares presentan un doble filo, según Fernando Rodriguez Acosta
El analista Fernando Rodriguez Acosta explica que el acuerdo televisivo alcanzado entre los equipos de la NBA y la televisión estadounidense, por 24.000 millones de dólares, tiene un doble filo.
Por un lado implica obviamente un aumento de los presupuestos de cada equipo. Pero, por otro lado, los gastos se incrementan por encima de los niveles de rentabilidad.
Ciertamente los impuestos, que son desorbitados, para los equipos de baloncesto en Estados Unidos, tienen buena parte de la responsabilidad. Pero la verdadera razón de peso por la que se han registrado pérdidas por 14 equipos de la competición es el salario de los jugadores.
Tampoco es que sea responsabilidad de ellos. Como Rodriguez Acosta señala, los jugadores cuentan con el 50% del Basketball Related Income (BRI), fruto del último convenio colectivo que se acordó.
Este BRI supone que las estrellas de la NBA recibirán el porcentaje expuesto en concepto de ingresos por NBA, NBA Properties y NBA Media Ventures. En la práctica supone que cualquier incremento en el precio de las entradas a la venta, en los aparcamientos de los estadios, en los palcos, en la misma bebida que se vende durante los partidos y, por descontado, en los derechos televisivos, tiene que repercutir en sus ingresos.
El BRI chocaba con una realidad limitante, que es el techo salarial de los jugadores, fijado en 60 millones de dólares. Se decidió (y también se presionó para ello) que este límite se aumentaría hasta los 90 millones.
Esta nueva situación motivó una de las temporadas de fichajes más convulsa de los últimos años. Los jugadores se lanzaron al completo a renegociar contratos, cambiar por equipos que ofrezcan mayor rentabilidad y limitar todo lo posible la duración de los mismos para una renegociación al poco tiempo (como estamos viendo estas mismas semanas).
Así afectará la brecha competitiva entre las franquicias
Fernando Rodriguez Acosta incide en la importancia de la brecha competitiva que existe entre las franquicias del Este y del Oeste. En el recién terminado verano, hasta cuatro All Star se han pasado al Oeste para reforzar equipos que tienen por objetivo los Playoffs.
Pero mientras el Este se queda sin estrellas y presenta un listado de equipos considerablemente menos competitivo y espectacular que el Oeste, los impuestos que deben pagar siguen siendo desorbitados.
Este es uno de los argumentos más importantes por parte de estos equipos, que defienden la necesidad de equiparar lo que pagan a los éxitos obtenidos y a sus balances presupuestarios. Obviamente, en el Oeste no están para nada de acuerdo y les proponen buscar otras alternativas económicas y deportivas.
Pero tal y como Rodriguez Acosta expone, la brecha entre las franquicias no beneficia económicamente a nadie excepto a los jugadores. Los equipos del Este obtienen menos ingresos y menos títulos, dado que no cuentan con plantillas del mismo nivel que las del Oeste, pero estos últimos afrontan unos millonarios gastos en jugadores que, según se ha confirmado en los últimos días, también les provocan pérdidas.
Al final, según un informe confidencial que se ha descubierto en los medios de comunicación deportivos internacionales, hasta 14 equipos presentan pérdidas en su balance de la temporada pasada. Algunas diferencias de contabilidad que modifican valores de influencia recortan este número a 9, aunque sigue siendo demasiado alto.
Los equipos que forman parte de este listado son los siguientes por orden alfabético:
- Atlanta Hawks
- Brooklyn Nets
- Cleveland Cavaliers
- Detroit Pistons
- Memphis Grizzlies
- Milwaukee Bucks
- Minnesota
- Orlando Magic
- Pelicans
- Phoenix
- Portland
- Sacramento
- San Antonio Spurs
- Wizards de Washington
Los Nets y los Pistonts, los Cavaliers y los Spurs… Se confirma por tanto el análisis de Fernando Rodriguez Acosta, que identifica que los triunfos en la competición no están repercutiendo en beneficios constatables para los equipos.
Puede que los Lakers no hayan tenido una temporada digna de recordar, pero el 50% de los equipos de la NBA desearía poder contar con su actual liquidez. En lugar de ello, el endeudamiento parece la única solución para una temporada en la que los contratos siguen incrementándose de valor y el verano que viene podrían recrudecerse con la aparición de atractivos jugadores libres.
El problema, al final, es que esto repercuta en el espectáculo. Los de Cleveland y los Warriors, principales candidatos un año más al anillo, refuerzan sus equipos consiguiendo plantillas de lujo, mientras el resto intenta no dejar escapar a sus específicas estrellas. Esto supuso al final la temporada pasada una diferencia de entre 30 y 40 victorias, desde el primer equipo hasta el último en cada conferencia. Una diferencia que, si no se solventa pronto, repercutirá económicamente en la venta de entradas y todos los ingresos relacionados.
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