Desde que en Diciembre de 2014 tanto Raúl Castro como Barack Obama anunciaron el inicio de la normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, se han dado bastantes pasos simbólicos que han propiciado un camino cuyo final todavía está por resolver, pero que parece tener claro cuál será el próximo horizonte, la reapertura de las embajadas de ambos estados en sus respectivos territorios.
Estas embajadas llevan 54 años cerradas y será, previsiblemente, el 20 de julio el simbólico día en el que se podrán reabrir de forma efectiva. Desde Estados Unidos el secretario de estado John Kerry viajará hasta la isla cubana para el acto de izar la bandera.
La fecha ha sido confirmada mediante intercambio de cartas presidenciales, si bien no significa que ese 20 de julio ambas embajadas se abrirán a la vez, algo poco probable, sino que será “a partir de ese día” cuando se podrán reabrir, acto que se espera que se haga efectivo a los pocos días.
Desde Diciembre de 2014 se han hecho públicas varias medidas que demuestran el acercamiento de posturas entre Estados Unidos y Cuba, aunque más tarde se supo que las negociaciones venían celebrándose en secreto durante cerca de dos años.
Algunas de las medidas aplicadas en este acercamiento de los dos estados han sido la flexibilización de restricciones para el comercio y el turismo en enero de 2015; hasta cuatro rondas de conversaciones oficiales; una reunión histórica entre Obama y Castro en la Cumbre de las Américas en Panamá el 11 de abril; y, finalmente, el acto expreso de retirar a Cuba de la lista de Estados Unidos de países patrocinadores del terrorismo.
Esta de la reapertura de embajadas es la última noticia del acercamiento entre los dos países, que según los analistas políticos se ha podido crear en este momento gracias a un cambio político en Florida, concretamente en la cada vez más importante comunidad cubanoamericana, cuyas nuevas generaciones parecen más propicias para un acercamiento de posturas que sus antecesores de origen principalmente cubano.
Se desconoce el rumbo que seguirá a la reapertura de embajadas, aunque es más que probable que las relaciones comerciales y de turismo entre ambos países terminen formalizándose en poco tiempo y que sea una de las bazas presidenciales más defendida por aquellos candidatos que deseen tener de su lado a la población cubanoamericana, así como a todos aquellos que apoyen este acercamiento, imposible hace poco más de medio siglo.
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