El rinoceronte blanco del norte se sitúa al borde de la extinción después del fallecimiento de uno de sus siete últimos ejemplares. Con la muerte de este rinoceronte, que respondía al nombre de Suni, tan solo quedan seis ejemplares de la especie más grande de rinoceronte.
Suni tenía 34 años y residía en el parque de conservación Ol Pejeta, junto a otro macho y dos hembras. Ni los guardias que encontraron el cuerpo sin vida del animal, ni los veterinarios del parque, conocen las causas de la muerte de Suni. Sí que han desmentido que se tratara de un nuevo caso de caza furtiva, una práctica que ha llevado a esta especie de rinoceronte casi a la extinción.
En los últimos años un gran número de rinocerontes de todas las especies han muerto debido a la caza furtiva, motivada en gran parte por las propiedades curativas y sexuales que se atribuyen a las pócimas hechas con este animal.
Las posibilidades de salvar al rinoceronte blanco del norte son muy escasas pues de los seis ejemplares de esta especie en el mundo tan solo uno de ellos es macho. El director del parque de Ol Pejeta, Richard Vigne, confiesa que a pesar de las nuevas técnicas genéticas las esperanzas de salvar este especie son mínimas.
En los 90 tanto el rinoceronte blanco como el negro estuvieron al borde de la extinción debido a la caza furtiva. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza clasificó a estos animales como casi amenazado, en caso del primero, y de peligro crítico, en el segundo.
A estas dificultades de conservación se suman las dificultades de reproducción del rinoceronte blanco. Las hembras necesitan de un periodo de año y medio de gestación de las crías, en el que nace una sola cría, a la que luego amamantan durante al menos dos años más.
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